lunes, 30 de mayo de 2016

HIGOS O BREVAS AGRIDULCES



El higo o la breva que denominamos al fruto de la higuera, han formado parte de la dieta habitual de todas las culturas mediterráneas desde tiempos muy remotos. 

Siempre fue un alimento esencial para los griegos: se consagraban a Dionisios, el Dios de la renovación. Cuando se fundaba una ciudad se plantaba una higuera entre el ágora y el foro, para señalar el lugar donde se reunirían los ancianos. Y hasta eran el manjar predilecto de Platón. De hecho, el higo es conocido como "la fruta de los filósofos".

El higo o la breva, en realidad no es un fruto, es una infrutescencia, que no es más que el receptáculo llamado Sicono que sirven de envoltorio y que contiene las flores en su interior, tanto masculinas como femeninas y que originan pequeños frutos llamados Aquenios y que conocemos como pepitas. Por tanto, la parte carnosa y dulce del higo o Sicono corresponde en realidad a las flores, que después de la fecundación se hinchan y se vuelven carnosas.


Las higueras se clasifican según den una o dos clases de frutos al año.

Bíferas, brevales o reflorecientes: Dan brevas en junio y julio y dan higos en agosto, septiembre y octubre.

Higueras comunes: Solo tienen una cosecha en agosto y septiembre.

Higueras monoicas: Producen flores masculinas y femeninas en el mismo árbol, por lo que no necesitan ayuda para ser fecundadas.

Higueras dioicas: Unas tienen flores hembra y otras flores machos (cabrahígos).

Las brevas son los higos que no maduran ese año y se quedan en estado latente hasta el año siguiente que si lo hacen.

Alguien se ha preguntado cómo es posible que aparezca una higuera en lo alto del campanario de una Iglesia?, pues son los pájaros que ingieren, junto a la pulpa, las pequeñas semillas que contiene el fruto y las esparcen con sus deposiciones. 


A lo que íbamos, 

Los higos agridulces son perfectos para acompañar carnes y pescados asados o al horno, su sabor realza el plato y combina perfectamente. Recomiendo consumirlos en frio, como guarnición. Ideal para platos de caza y con todo lo que tu imaginación pueda crear. 

Necesitamos:

1 kg. de higos que no estén muy maduros ni blandos y enteros.

300 gr de azúcar

1 litro de vinagre

10 gr de granos de pimienta negra

10 gr de clavos de olor



Los higos deben tener el trozo de tallo entero pues de lo contrario se ablandarían. 

Lavarlos bien debajo del grifo.

En una olla, diluir el azúcar el litro de vinagre, con los granos de pimienta y añadir los higos. Cuando quiera empezar a hervir, bajar el fuego al mínimo para que no revienten y dejar cocer sobre treinta minutos a medio tapar para que evapore la fortaleza del vinagre. Si se opta después por hacer el vacío al baño maría, con quince minutos bastará. 

Se apaga el fuego y se dejan enfriar. 

Una vez fríos se van depositando en tarros de cristal previamente esterilizados o hervidos y se cubren con el líquido resultante de la cocción previamente colado y añadimos dos clavos de olor en cada tarro. 


Cerrados herméticamente puedes hacer tres cosas: Si quieres guardarlos mucho tiempo se recomienda ponerlos al baño maría para hacerles el vació durante veinte minutos. También puedes optar por ponerlos al sol boca abajo y al calentarse su interior hará el vacío. Es mi mejor opción pues los higos se quedan más firmes y duros. Por ultimo (y menos recomendado) resulta practico meter los tarros -bien cerrados siempre y boca abajo- en el lavavajillas con su máxima potencia de calor.


Recomiendo esperar al menos un mes para empezar a comerlos.