El Arnadí, es un dulce tradicional valenciano que algunos ponen en Xátiva su origen, y muy tradicional en la comarca de la costera (Valencia). Aunque dicen que su procedencia es árabe ya que los musulmanes permanecieron en la costa valenciana durante siglos y dejaron una huella que permanece de manera muy visible en nuestra gastronomía, en este caso y en esa época no se cultivaba calabaza aún, pues su cultivo fué posterior a su expulsión, ya que vino de américa después de su conquista. La base puede ser Árabe, pero con calabaza evolucionó.
Con el paso de los años se convirtió en un dulce tradicional de Semana Santa y Cuaresma y su receta ha ido pasando de generación en generación hasta llegar a nuestros días.
Como curiosidad decir que el nombre Arnadí proviene del árabe y su significado es dulce. Se piensa que puede ser una derivación de Garnatí (granadino), ya que este dulce se elaboraba en todo el Reino de Al-Andalus cuya capital era Granada.
Para la elaboración del Arnadí necesitamos:
Ingredientes para 10 personas: 1 kg de pulpa de calabaza o 1 kg de pulpa de boniato o mitad y mitad de cada clase; 1 kg de azúcar; 4 yemas de huevo; 200 gr de almendra molida hecha harina (piñones, opcional); almendras repeladas enteras; ralladura de corteza de limón y 5 ó 6 gr de canela.
Empezaremos asando la calabaza y los boniatos en el horno a una temperatura de 180º durante hora y media. Es conveniente que cueza lento para que evapore lo máximo posibles sus líquidos. Se les quitará la piel, las pepitas y se chafa con un tenedor la pulpa de la calabaza hasta dejarla como pasta fina y la del boniato de igual forma, si hemos decido incorporarlo y se introduce en un saquito de tela o red. Se dejará colgando toda la noche para que vaya escurriendo de forma natural. Debe quedar una masa sin líquido.
A la mañana siguiente se mezcla la pulpa con el azúcar a partes iguales y las yemas de huevo batidas y añadiremos a la masa la harina de almendras.
En una cazuela iremos cocinando esta mezcla entre 15 y 20 minutos removiéndola sin parar para que no se nos queme ni se nos pegue. En el último momento añadimos y mezclamos la ralladura de limón y la canela.
Sacaremos y dejaremos que repose y enfríe alrededor de quince minutos.
Con la mezcla obtenida formaremos unos conos o pirámides que colocaremos en cazuelitas de barro. Adornaremos pinchando almendras enteras, peladas y crudas y los piñones si hemos decidido incorporarlos y espolvorearemos con almendra molida y azúcar. El fondo de las cazuelitas es conveniente untarlas con un poco de manteca fresca de buena calidad (que no dé sabor rancio) o mantequilla para que no se pegue la masa.
El horno precalentado a 180º, introducimos las cazuelitas hasta que la masa esté ligeramente dorada (15 o 20 minutos).
Se puede incorporar a la masa antes de cocinarla, pasas sin pepitas y trocitos de nueces.
Fácil y delicioso.