Hablando de espárragos blancos, yo como dice el refrán: los de abril para mí, los de mayo para el amo y los de junio... para ninguno. Y es que el mes de abril es el mejor para comprar y preparar los espárragos frescos.
Podemos comer espárragos todo el año, pero frescos ahora es la hora.
Sabemos que hay espárragos blancos, que se
cultivan sin que les dé el sol, calzándolos con tierra, y los verdes dándoles
el sol, desarrollando estos últimos clorofila, llamados también trigueros.
No son baratos pues necesitan mucha mano de
obra, pues se extraen de la tierra uno a uno de forma manual llevando cuidado
de no romperse. Su precio dependerá del grosor de los mismos. A mayor calibre
su precio se encarece.
Los espárragos frescos tienen un alto contenido
en agua. Su contenido en azúcares y en grasas es muy bajo y son muy ricos
en proteínas. Son muy apreciados en dietas por su alto contenido en fibra
además de ser muy diuréticos, saciantes y apenas aportan calorías. En cuanto a
minerales, tienen un alto contenido en folatos, provitamina A o beta-caroteno,
así como presencia de las vitaminas C y E todas ellas consideradas
antioxidantes. En cuanto a minerales, los espárragos contienen hierro,
fósforo, potasio, calcio, magnesio y yodo.
Vamos a cocinarlos pues.
Nos agenciamos con unos buenos espárragos
blancos (una o dos docenas). Debemos vigilar que su blanco sea nacarado que nos
demostrará que son tiernos y recién recogidos.
Los limpiamos bien con agua, aunque suelen venderse bastante limpios. Cogemos el esparrago por la yema y entre las manos, con un pelador de patatas o puntilla iremos pelándolo hasta conseguir quitarle la capa exterior y dura que lo envuelve. Los volvemos a lavar.
Una vez están todos pelados y lavados tenemos
que cortar parte del tronco que estará duro. Presionamos ligeramente unos 4 cm
hacia arriba desde el final de tallo, notaremos que cede y lo romperemos. El
mismo espárrago dos dirá por dónde partir.
Ahora hay dos maneras de cocerlos,
sumergiéndolos en agua y sal o al vapor. Me inclino por lo segundo pues para mi
conserva todos sus nutrientes intactos.
Olla al fuego con agua y encima una vaporera.
Introducimos los espárragos, tapamos y dejamos, según grosor, entre 10 y 15
minutos, incluso 20 a que se hagan.
Mientras tanto vamos a hacer una vinagreta muy
sencilla, pues queremos potenciar el sabor del espárrago, no enmascararlo.
Necesitamos:
1 pimiento rojo
1 pimiento verde
1 cebolla
1 tomate
2 Limones o vinagre y sal
Aceite de oliva
Pelamos y cortamos la cebolla y el tomate al
que le hemos retirado las semillas, y los pimientos, todo a la Brunoise, es
decir en daditos pequeños.
En un bol mezclamos todas las verduras y
añadimos una cucharadita de sal, el zumo de dos limones o medio vaso de vinagre
de vino blanco y regamos con un buen aceite de oliva.
Una vez comprobamos que están hechos los espárragos debemos enfriarlos de inmediato en agua bien fría con dos puñados de sal, si con hielo mejor. Cortamos así la cocción y los mantendremos tiernos y turgentes.
Los dejamos así al menos media hora. Los sacamos y los escurrimos bien depositándolos en una fuente rectangular y los cubrimos con la vinagreta que hemos hecho. Tapamos con un film y a la nevera.
Mañana mejor que hoy para comerlos. Aproveche.