La tempura es una técnica culinaria
que consiste en rebozar un alimento con una fina masa de harina desleída y
después freírlo en aceite. Pese a ser una elaboración típica de la cocina
japonesa, su origen es en realidad portuguesa.
En 1543, un barco chino con tres navegantes
portugueses se dirigía a Macao, pero terminó en la isla japonesa de
Tanegashima. Antonio da Mota, Francisco Zeimoto y Antonio Peixoto fueron los
primeros europeos en poner un pie en suelo japonés.
Los japoneses estaban en medio de una guerra
civil y eventualmente comenzaron a comprar armas a los portugueses, siendo este
el inicio de un intercambio comercial entre Portugal y Japón que al
principio incluyó armas, y luego otros productos como jabón, tabaco, lana e
incluso recetas de cocina.
Los portugueses permanecieron en Japón hasta
1639, dejando tras de sí una huella indeleble en la isla: una receta de
judías verdes batidas y fritas llamada “peixinhos da horta”
(pececillos de la huerta) donde se rebozaban la judía en tempura. Más tarde,
los japoneses aligerarían la masa y ampliaron los rellenos incluyendo, además de
verduras, también pescado, mariscos…
En Portugal ese plato era típico de Semana Santa.
No en balde la palabra 'tempura' proviene de la palabra latina “tempora”,
término que se refiere a estos tiempos de ayuno, cuando la Iglesia dicta a los
católicos que no deben comer carne.
Mi versión de tempura para rebozar, por
ejemplo, aros de cebolla.
Necesitaremos:
¼ de litro de aceite de girasol
2 cebollas grades
200 gr de harina especial para tempura o normal
tamizada.
1 vaso de cerveza
1 yema de huevo
Sal
En un bol dentro de otro bol más grande con
cubitos de hielo, ponemos la harina especial o la tamizada, la yema de huevo y
un pellizco de sal, mezclamos y vamos añadiendo la cerveza casi congelada
mientras batimos hasta conseguir una masa homogénea sin grumos y más bien
caldosa.
Pelamos y cortamos la cebolla en rodajas con un
grosor de un dedo más o menos. Le sacamos los aros y les quitamos la telita
trasparente si es que la tiene, y con el aceite bien caliente, vamos pasándolos
uno a uno por la tempura que hemos hecho y con el aceite, repito, bien caliente
los freímos vuelta y vuelta sin quemarlos.
Para que todo salga perfecto, todos los
ingredientes deben estar bien fríos. La temperatura del aceite muy caliente.
Colocar los aros fritos sobre papel absorbente.
He acompañado rebozando también unas hojas de
kale.
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