La receta
clásica y más conocida sería la de peras al vino, pues les propongo otra que
seguro les encantará.
Necesitaremos
para cuatro personas:
4 peras tipo
conference
1 vaso de ron
dorado, añejo
½ litro de café
2 vainas de
vainilla
4 frutos de anís estrellado
8 ciruelas
pasas.
150 gr de azúcar
de caña
Para la
base del plato:
100 gr de
mantequilla sin sal y a poder ser sin sabor.
100 gr de harina
de repostería
100 gr de
coco rallado
Esta receta
es muy fácil y el resultado espectacular. Vamos a ello.
Hacemos medio
litro de café. No es necesario hacerlo exprés. Con cafeteras de filtro o tipo
italiana.
Pelamos las
peras dejando el pedúnculo.
En una cazo
o cazuela pondremos el café que hemos hecho y disolvemos poco a poco el azúcar
mientras calentamos. Añadiremos también la vaina de vainilla abierta por la
mitad, el anís estrellado para aromatizar y las ciruelas pasa.
Añadimos las
peras y un vaso de ron. Cuando veamos que quiere empezar a hervir, le prendemos
fuego para flambearlo con cuidado de no hacer un estropicio. Una buena manera
es poner un poco de líquido en una cuchara, prenderle fuego e introducirla con
cuidado dentro para que prenda todo. Tendremos la tapadora a mano por si
hubiera que tapar rápidamente.
Todo ha
salido bien, esperamos que se consuma, tapamos y dejamos que cueza a fuego
medio bajo entre 30 o 45 minutos. Miraremos que no se nos pegue en el fondo por
el azúcar que lleva. También con una cuchara iremos regando las peras con el
líquido de vez en cuando.
Mientras
tanto, vamos a hacer una base, vamos a hacer “tierra” que acompañará el plato.
En un bol,
añadimos la harina, el coco y la mantequilla a temperatura ambiente. Mezclaremos
todo ayudándonos con una lengua o con las manos sin aplastar, solo removiendo. No
debe quedar fino. Solo removemos mezclando.
Ahora extendemos
sobre un papel de hornear en la bandeja de horno, ya precalentado a 170 grados,
la introducimos entre 15 o 20 minutos dependiendo del horno.
Las peras
están hechas, las sacamos y reducimos el caldo casi a caramelo con cuidado de
no quemarlo. Dejamos que enfríe.
Sacamos la
bandeja del horno y con una cuchara para no quemarnos revolvemos todo. Se nos
habrá quedado como una especie de tierra de un sabor muy agradable. Pruébalo. Esperamos
que enfríe.
Emplatamos.
Ponemos en el fondo de cada plato la “tierra” que hemos hecho y encima una
pera. Con el líquido espeso bañamos la pera y decoramos el plato. Rematamos con
dos ciruelas pasas cada uno, el anís estrellado y media vaina de vainilla.
Ya me
diréis.