miércoles, 13 de septiembre de 2023

CONEJO AL AJILLO

 

         Mi receta publicada en Vida Mediterránea

No voy a entrar sobre los beneficios de esta carne que antaño era normal en nuestras cocinas pues raro era el hogar que de alguna manera u otra no criara conejos para su sustento.

En la actualidad su consumo ha disminuido en favor del pollo, pero existen platos sencillos y deliciosos como el que hoy vamos a cocinar. Un clásico.

INGREDIENTES PARA CUATRO PERSONAS:

1 conejo entero cortado en cuartos.
Una cabeza de ajos y una guindilla
Aceite de oliva, sal, pimienta y aceite de oliva.
Un vaso de vino blanco seco y medio vaso de agua.
Para acompañarlo, col rizada, hoja de laurel y clavo de olor. Y por último patatas.


ELABORACIÓN: Salpimentamos bien las cuatro piezas del conejo. Recordaros que al comprar la carne, si esta envasada hay que abrir el envase para atemperarla alrededor de 15 minutos antes, y se está en la nevera con más razón. Nunca debemos empezar a cocinar una carne estando fría. Y aprovecho también para deciros que aunque hayamos visto a nuestras abuelas o madres lavar las carnes en agua, esto nunca debemos hacerlo. Se ha comprobado que no sirve para nada y lo único que se hace es propagar las posibles bacterias y es por eso que no se recomienda. La carne debe ir del paquete a la sartén o a la olla.

Cazuela plana al fuego, cubrimos el fondo con un buen aceite de oliva.

Pelamos y laminamos los dientes de ajo y los vamos sofriendo a fuego lentísimo sin quemarlos. Amargarían.


Muchos me preguntan por la diferencia que hay entre freír o sofreír, y yo siempre digo que freír es la técnica para cocinar completamente los alimentos y sofreírlos es darles una fritura ligera sin terminar de cocinarlos.

Bien, los hemos sofrito, los retiramos y reservamos. Hora de ir sofreír también las carnes. A fuego muy muy lento y con paciencia. Aquí está el secreto. Al fuego más bajo posible y dorarlo primero y después dejarlo tapado dándole tantas vueltas sea necesario.

Cuando veamos que las carnes están blandas habrá pasado al menos quince minutos aproximadamente, le incorporamos los ajos que hemos sofrito y la guindilla (opcional) le dará un puntito interesante. La cubriremos con el vaso de vino y el medio de agua. Subimos el fuego y cuando empiece a hervir lo bajamos a medio y ponemos la tapa a medio cubrir para ayudar a que evapore todo el caldo.

Media hora será suficiente. Si vemos que las carnes están en su punto y queda caldo, quitaremos del todo la tapa y dejaremos que evapore del todo. Debe quedar una salsa gelatinosa caramelizada.

A parte se me ha ocurrido freír a fuego lento unos trozos de col rizada de invierno con un poquito de sal y una hoja de laurel y dos clavos de olor que dejamos tapada para que sude y se cocine. Por otro lado haremos unas patatas fritas en rodajas.

Emplatamos una pieza de carne en cada plato, acompañamos de la patata y de la col. Repartimos la salsa. Me ha encantado.