lunes, 28 de diciembre de 2015

CHAYOTE CON CEBOLLA CARAMELIZADA Y HUEVO ESCALFADO.





La chayotera (Sechium edule) o guatila es una cucurbitácea cuyo fruto (chayote, sayote, chayota, papa del aire, chuchu o patata china, entre varios otros nombres) se utiliza como hortaliza. Procede de la américa tropical y era muy conocida por los antiguos Aztecas y los Mayas. Son plantas trepadoras, de tallos robustos. El fruto -el chayote- tiene un color que va del verde oscuro al verde claro o amarillo claro casi blanco. Cuando está tierno presenta una cáscara lustrosa y de consistencia dura. Puede estar cubierto por espinas o no. Cada chayote tiene una semilla amplia y chata, llamada pepita, que es comestible además de la pulpa. Los chayotes pesan en torno a los 500 gramos, aunque algunos llegan a pesar hasta 2 kilogramos. Las puntas de guía de esta planta se pueden cocinar y comer o agregar a sopas. También sus raíces son comestibles y presentan semejanza con las patatas.



El Chayote se come normalmente hervido como purés o sopas, pero también está muy bueno frito en aceite y para elaborar tortillas, sustituyendo a la patata. 

A mi particularmente, me gusta cortarlos en cuatro trozos y ponerlos en salmuera (Una vaso de vinagre por cuatro de agua y la sal que admita) y comerlos en ensalada. 

Antiguamente, se sembraba en las casas de campo, pues a parte de dar buenos frutos, al ser una trepadora muy frondosa, servía para dar sombra allá donde la sembrasen, construyendo un buen soporte de cañas para que las cubriera. 




Una receta que me ha salido deliciosa. 

CHAYOTE CON CEBOLLA CARAMELIZADA Y HUEVO ESCALFADO. 

Ingredients (4 persones): 
2 chayotes 
2 cebollas 
1 o 2 dientes de ajo 
Aceite de oliva 
Sal y Pimienta (opcional) 
1 huevo por persona. 

Pelar los chayotes, y cortarlos a tiras lo más finas posible. En un cazo con agua hirviendo y sal, echar las tiras dentro y dejar sobre quince minutos. Retirar y dejarlo en un colador para que pierda toda el agua. 

Pelar y cortar las cebollas en juliana.

En una sartén con abundante aceite de oliva, poner los dos dientes de ajo chafados. Cuando estén bien dorados retirar y descartar. 

Freír en el mismo aceite la cebolla a fuego bajo para que caramelice añadiendo un poco de sal. Cuando empiece a tomar color, añadir el chayote, remover lo justo para que se mezclen y tapar diez minutos. Después destapar para que evapore el agua y cuando quede en su aceite, cascar los huevos por encima poniendo un poco de sal (y pimienta) en cada uno de ellos y volver a tapar para que cuajen lo justo, pues debe quedar pochados.