La Kombucha es una bebida fermentada a través de un hongo. Conocida desde la antigüedad por sus propiedades ligeramente estimulantes y curativas.
La Kombucha es una bebida 100 % natural, elaborada según una antigua receta de té, azúcar y cultivos del hongo Sconbi, una simbiosis de levaduras y bacterias beneficiosas con una gama de vitaminas, enzimas, minerales y ácidos orgánicos esenciales, cuya fermentación transforma la infusión en una bebida sabrosa con una variada gama de elementos.
Las primeras informaciones que tenemos acerca de la Kombucha como una bebida muy apreciada por sus efectos estimulantes y curativos datan ya de la dinastía Tsin (China), en el 221 a.C. Poco a poco se extendió por Japón, Rusia y Europa. En los últimos años se ha hecho muy popular en América y en los países del centro y norte de Europa.
En el año 414 a.C. un monje tibetano amante de la naturaleza llamado Kombu fue a la casa real del emperador Inkyo y le regaló el hongo de la Kombucha. El emperador probó la bebida según las indicaciones y disfrutó tanto que quedó prendado de inmediato. A partir de ese momento se convirtió en un gran “Kombuchista”. Recomendó la fabricación en todo su imperio.
El éxito se extendió rápidamente y así esta legendaria bebida obtuvo su nombre: “Kombucha” que traducido significa “té de Kombu”.
Desde más que 2000 años, la Kombucha es apreciada por sus efectos estimulantes y curativos, y su rico sabor. En los últimos años, se ha hecho muy popular en América, donde su consumo se ha extendido mucho entre la comunidad Health Conscious de Estados Unidos y ya se comercializa en todos los supermercados orgánicos y saludables, e incluso es muy común poderlo tomar como refresco en los restaurantes y cafés de este estilo. En los países del centro y norte de Europa y también en España cuenta con una gran cantidad de adeptos.
El también llamado té de la inmortalidad, ha sido utilizado en la medicina tradicional china durante más de dos milenios, ya que se atribuyen muchos beneficios a esta bebida probiótica (los alimentos probióticos son alimentos con microorganismos vivos adicionados que permanecen activos en el intestino y ejercen importantes efectos fisiológicos) con propiedades depurativas, antioxidantes, energéticas y reconstituyentes del sistema inmunológico.
El té Kombucha es una bebida fermentada elaborada a partir de té endulzado que ha sido fermentado por una colonia simbiótica de bacterias y levaduras llamadas SCOBY (Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeast). Su particular y efervescente sabor nos recuerda desde el vinagre hasta alguna variedad de champán, según el tipo de té que le pongamos y el tiempo defermentación.
La colonia SCOBY o cultivo simbiótico de Kombucha, que tiene un aspecto y color característico, es la responsable de transformar el té azucarado en una bebida probiótica. Los microorganismos que se encuentran más habitualmente en el cultivo son Saccharomycodes ludwigii, Schizosaccharomyces pombe, Brettanomyces bruxellensis, Bacterium xylinum, Bacterium gluconicum, Bacterium xylinoides, Bacterium katogenum, Pichia fermentans y Candida stellata.
De esta transformación y proceso de fermentación, además de todas las bacterias probióticas, obtenemos vitaminas (sobre todo del grupo B y C, aminoácidos, enzimas, y ácidos orgánicos beneficiosos para la salud como el glucorónico (de gran poder detox), el láctico (ayuda a la digestión y mejora la circulación sanguínea) y el acético (antibiótico natural).
Preparar el té Kombucha en casa es muy sencillo.
Necesitamos: 1 bote de cristal; 1 trozo de tela limpio y 1 goma elástica (para fijar la tela a la boca del tarro). 1 SCOBY (hongo de Kombucha), 1 litro de agua limpia (mineral), 2 bolsitas de, ¼ taza o 60 g de azúcar blanco. Más dos litros, el doble y así sucesivamente.
El hongo iniciador se obtiene por separación de una capa de otro hongo ya cultivado y puesto con el líquido que hacemos con té y azúcar, dejando que este crezca antes de iniciar el proceso normal. Cuando vemos que el Scoby que hemos creado está ya en condiciones pasamos a elaborar nuestro té de Kombucha.
Preparación:
Poner el agua a hervir en una olla. Cuando hierva, apagar el fuego, poner las bolsitas de té, y dejar reposar durante unos 10-20 minutos.
Añadir el azúcar y remover bien hasta que se disuelva.
Dejar enfriar el té endulzado, cubriéndolo con un paño limpio para proteger de posible contaminación.
Una vez a temperatura ambiente, pasar el té endulzado dentro del bote de cristal para preparar el té Kombucha y añadir la SCOBY y el cultivo iniciador.
Tapar el bote con un paño limpio y asegurar con una goma elástica.
Poner el bote en un lugar cálido a temperatura constante entre 21-26 ºC, fuera de la luz solar y con ventilación, y dejar unos 10 días. Si se quiere un té más dulce, es posible que sea suficiente con 7 días; si se desea una bebida baja en azúcares, hay que alargar el proceso de fermentación de 14 días a 3 o 4 semanas. Ahora bien, cuanto más se fermenta, más fuerte y avinagrado es su sabor.
Cuando se quiera según los días de fermentación que deseemos, retiraremos el té de Kombucha a una botella o botellas que taparemos y pondremos en la nevera para evitar que se forme más ácido carbónico (que lo volvería aún menos dulce) de la que iremos bebiendo, rellenando de nuevo el bote con una nueva infusión de té y azúcar. Hay que tener en cuenta que, con el paso de los días, inevitablemente irá cogiendo un sabor más avinagrado si no lo conservaremos en frío.
El cultivo se muestra sano cuando es de consistencia firme gomosa aunque resbaladiza y las capas no se separan sin producir desgarros entre ellas o son prácticamente inapreciables. Puede tener forma de disco, cuadrada u otra que corresponderá a la forma del recipiente donde se cultiva. En cualquier caso con solo una parte de té ya fermentado como Kombucha, será suficiente para producir una nueva membrana que se formara en la superficie aun sin el cultivo madre, aunque para un proceso más rápido es conveniente poner este último.
Hay que tener en cuenta el utilizar té sin sabores ni aromas especiales, ya que pueden eliminar o afectar a las bacterias del cultivo.
Nunca tocar la preparación con objetos de metal. Cuando se añada el azúcar remover con unos palillos de madera.
Durante el proceso de fermentación, las levaduras generan alcohol en la transformación de los azúcares, pero gran parte es eliminado por las bacterias; así que el grado que se puede encontrar en el té Kombucha no suele superar el 1%. Cuanto más tiempo se fermenta, más alcohol se obtiene.
En la preparación es muy importante seguir normas de higiene estrictas. Hay que utilizar utensilios desinfectados y lavarse bien las manos para no provocar contaminación cruzada con ninguna otra bacteria u hongo y hacer crecer la bacteria equivocada. En este caso, si aparecen manchas o moho en el hongo, hay que desechar todo el cultivo. Por eso insistimos de la higiene exquisita que hay que tener en todo el procedimiento, tanto de cultivo como de preparación.
En cada lote de té Kombucha que se prepara, se obtiene de forma natural una SCOBY hija, que permite iniciar un segundo lote si se conserva y se hace crecer dentro de un bote de té Kombucha que se dejará avinagrar, y que se puede dar a alguien que también quiera hacer.
Yo, desde hace muchísimo tiempo soy consumidor y tomo todos los días un vaso de ese té como bebida probiótica y me va muy bien.
SI vas a tomar, empieza con una dosis de 50 ml al día, aumentando poco a poco hasta 200 ml después de unos días, cantidad recomendable si quieres resultados eficaces. Preferiblemente tomarlo por la mañana en ayunas.