martes, 26 de agosto de 2025

GUISADO DE TERNERA AL VINO AMONTILLADO

 

Mi receta publicada en Vida Mediterránea


El origen de cocinar con vino debe coincidir con el primer vino que elaboró Noé, porque desde la más remota historia este ha sido un ingrediente fundamental en todas las cocinas del Mediterráneo. Al menos existen registros de su uso en la antigua Roma, por ejemplo, el cocinero Apicio lo utilizaba en sus recetas. El vino enriquece los platos aportando sabor, acidez y profundidad, además de ablandar las carnes y realzar los sabores al evaporarse el alcohol durante la cocción.

Para 4 personas

800 gr. de ternera para guisar.

1 cebolla mediana

4 dientes de ajo

½ vaso de vino. Amontillado o blanco seco

400 gr de patatas pequeñas estilo guarnición

400 gr de setas (níscalos, esclatasangs…)

4 lonchas de buen jamón

Aceite de oliva, sal, granos de pimienta negra, dos hojas de laurel, ramita de tomillo y de romero a poder ser fresco y dos ramas de perejil.

Vamos a cocinar la carne, las patatas y las setas por separado para montar después el plato y presentar. Queremos que no se mezclen los sabores en un todo, que sería cuando lo cocináramos todo junto. Queremos ir degustando y mezclando sabores a nuestro antojo en el plato.

Limpiamos bien las setas (níscalos, esclatasangs…). Las más grandes las cortamos en trozos, las pequeñas enteras.

En una olla, cubrimos el fondo con aceite de oliva. Marcamos ahora los trozos de ternera por todas sus partes para sellarla. Retiramos y reservamos.

Marcamos unas tiras de un buen jamón Ibérico. Retiramos. Ahora los dientes de ajos con su piel y las setas. A fuego bajo pues sólo nos interesa que suelten parte de su jugo. Retiramos y reservamos.

Picamos muy bien la cebolla desechando la primera capa y la ponemos a pochar hasta que este bien transparente. No nos interesa se nos queme.

Ahora, añadiremos la carne y el medio vasito de vino. He puesto amontillado porque el resultado me ha sorprendido. Pero uno rancio, blanco seco… lo dejo a vuestra elección. Subimos el fuego y removemos para que el alcohol evapore.

Cubrimos ahora con agua, añadimos los granos de pimienta, el laurel, romero, tomillo y una pizca de sal. En una hora probaremos y miraremos si hace falta más. Dejamos cocer hora y media a fuego medio bajo.

Mientras tanto, limpiamos las patatas que deben ser nuevas, con su piel. En un cazo las cubrimos de agua, una pizca de sal, y las hervimos hasta que estén tiernas.

Cuando la ternera esté hecha, jugosa y casi sin caldo, habremos destapado la olla para que evaporara y reduzca su caldo, pondremos, sin mezclar, importante, las setas que habíamos reservamos y las laminas de jamón sólo para que se calienten. Tapamos.

Las patatas, cuando estaban hechas hemos tirado el agua y las hemos dejado en el cazo para que se secaran y las hemos mantenido calientes.

Tenemos todo para emplatar.

En el fondo de cada plato ponemos patatas partidas y un poco aplastadas con el tenedor. Ponemos por encima la carne y las setas con la lámina de jamón. Repartimos el caldo reducido que nos ha quedado.

Espolvoreamos con perejil picado. Te sorprenderá el resultado.

viernes, 22 de agosto de 2025

PUDIN DE PAN


 El pan no hay que tirarlo. Lo aprovechamos. 

Necesitaremos:

500 ml de leche; 200 gramos de trozos de pan del día anterior; 150 gramos de azúcar; 2 cucharadas de miel; la ralladura de un limón o naranja; 1 cucharadita de canela; una ramita de canela en rama y 4 huevos. Mantequilla.

Preparamos un molde mediano para pudin. Engrasaremos con mantequilla y un pincel todo el interior del mismo.

En una sartén ponemos 50 gramos de azúcar con unas tres cucharas de agua y llevamos a fuego medio sin remover hasta que el azúcar se derrita y tome un color ámbar dorado. Vertemos la mezcla sobre el fondo de un molde antiadherente y sobre este, colocamos los trozos de pan. Cuidado con las quemaduras que suelen ser muy profundas.

 En un bol ponemos los huevos, añadimos el azúcar restante, la canela, la ralladura de medio limón o naranja. Mezclamos bien ayudándonos con unas varillas sin levantar demasiado aire en la mezcla. Encendemos el horno a 180º.

En una olla calentamos la leche con las dos cucharadas de miel, la corteza de medio limón y la canela en rama. Apagamos justo antes de que comience a hervir. Dejamos que se enfríe un poco y vertemos la mezcla en el bol, mezclamos y echamos en el molde que tiene el caramelo y el pan troceado. Habremos retirado la rama y la corteza. Nos aseguramos de que todos los trozos queden empapados y cubiertos.

 Tapamos el molde con papel aluminio y llevamos a hornear al baño maría durante 45 minutos. Estará cuando metamos un palillo en el centro y al sacarlo sale limpio y seco.

Dejamos que enfríe y lo llevamos a la nevera. Desmoldamos para servir.


sábado, 26 de julio de 2025

POTAJE DE GARBANZOS, COSTILLAS Y ESPINACAS

 

   Mi receta publicada en Vida Mediterránea

La palabra potaje viene del vocablo francés “potaje" que, a su vez, emana del latín “pottus”, que era el término que se usaba para hacer mención a lo que se echaba al “pot” o la “olla” que podríamos traducir como “cocido” o “puchero”.

Lo que queda claro es que se trata de un plato guisado del que no existe una única manera de elaboración. La variedad en su cocinado dependerá de la época del año y de la disponibilidad de los ingredientes de temporada, así como de la variedad de legumbres con que se cocine (lentejas, alubias, habas…), en este caso, garbanzos.

Uno de los potajes más conocidos es el de garbanzos con espinacas y bacalao, al que llamamos de vigilia y que se elabora en Viernes Santo o en algunos días de Cuaresma. Nosotros vamos a cocinarlo con unas costillas de cerdo.

Ingredientes (para cuatro personas):

  • 400 gr de garbanzos
  • 500 gr de costilla de cerdo
  • 1/2 cebolla
  • 4 huevos
  • 1 tomate pequeño
  • 2 hojas de laurel
  • 4 dientes de ajos
  • 2 o 4 chorizos tiernos
  • 150 gr de espinacas
  • Pimentón de hojilla
  • Pimienta en grano
  • Sal 
  • Aceite de oliva 
  • Tomillo
  • Agua

Normalmente, un potaje se hace con un sofrito a parte que se le añade al caldo que estamos cociendo, pero a mí me gusta, como he visto hacer siempre en mi familia, sofreír al principio en la misma olla donde vamos a cocinar.

Preparación:

  • Ponemos a remojo los garbanzos la noche anterior.
  • Cubrimos el fondo de la olla con aceite de oliva. Marcamos los chorizos (hay quien pone un chorizo por comensal, otros los cortan a trozos y añaden menos cantidad), retiramos y reservamos.
  • Salamos las costillas de cerdo y empezamos a dorarlas a fuego medio.
  • Cuando ya estén las costillas, rallamos media cebolla y la añadimos. A continuación agregamos cuatro dientes de ajo con su piel, chafados con un golpe. Cuando veamos que trasparenta la cebolla, añadimos una cucharada de pimentón de hojilla, los granos de pimienta, el laurel y la ramita de tomillo.
  • Removemos, esperamos unos segundos y añadimos el tomate rallado.
  • Removemos todo y dejamos que se cocine.
  • Cubrimos bien de agua y cuando empiece a hervir, echamos los garbanzos (nunca con el agua fría, ya que se nos quedarían duros).
  • Dejamos cocinar a fuego medio alrededor de 45 minutos hasta que la carne se desprenda fácilmente del hueso.
  • Mientras se termina de cocer, haremos un huevo por comensal al estilo poché. Ponemos un cazo con agua, un poco de sal y vinagre. Llevamos a ebullición, hacemos girar el agua en forma de remolino y en el centro del mismo cascamos un huevo y seguimos girando para que la propia agua lo envuelva. Cuando la clara esté bien blanca lo sacaremos y reservamos.
  • Ponemos las espinacas que se nos harán casi con el calor residual. Removemos 2 minutos y apagamos el fuego. Dejamos reposar unos minutos más.
  • Emplatamos, añadiendo encima el huevo poché que hemos cocinado, y el potaje estará listo para servir.