Es una receta sencilla que se hace con muy pocos ingredientes. Forma parte de la tradición de la ciudad de Alicante y sus alrededores, es muy popular y se hace para excursiones tan típicas como la peregrinación desde Alicante a la Santa Faz, las hogueras de San Juan, etc…
Ingredientes:
PARA LA BASE
450 gr de harina de fuerza de trigo.
225 ml de aceite de oliva suave.
250 ml de vino blanco (o mitad de vino y mitad de agua).
25 gr. de levadura de la panadería.
Sal
PARA LAS MIGAS
150 ml de aceite de oliva.
Sal
350 gr de harina de trigo normal
Precalentar el horno a 250 grados (arriba y abajo) según hornos.
PARA LA BASE:
Tamizamos la harina con una cucharita de sal y la ponemos en un bol. Hacemos tipo volcán y vamos vertiendo en el centro el aceite de oliva. Removemos bien con una espátula. Calentamos un poco el vino y deshacemos la levadura y lo añadimos y seguimos amasando unos 10 minutos.
Dejamos reposar en un lugar caliente y sin aire hasta que suba y volvemos a amasar dejando reposar un poco más.
Cuando tengamos las mollitas hechas, ponemos papel de hornear en una bandeja del horno y lo espolvoreamos con harina y extendemos la masa sobre el papel.
PARA LAS MOLLITAS
Mezclamos los 350 g de harina tamizada, junto con el aceite de oliva y un par de pellizcos de sal (a algunos les gusta que las mollitas estén más saladas que la base para que se note la diferencia en paladar). Vamos mezclándolo todo con una espátula. Cuando lo tengamos vamos cogiendo con la mano y vamos haciendo pelotitas que depositamos encima de la masa. Prueba de pasar la masa a un recipiente con tapadora y al ir agitándolo con golpes de muñeca se irán haciendo pelotitas, bolitas… que son las mollitas. Como he dicho, ir depositándolas encima de la base que tenemos hecha.
Bajamos la temperatura del horno a 180º y dejamos que cueza sobre 25 a 30 minutos y cuando las mollitas estén doradas ya estarán para sacar del horno. Cuidado he dicho doradas, no marrones ni negras.
La base debe quedar crujiente, para que soporte las mollitas o miguitas de arriba que deben ser más densas, y es el contraste lo que le da gracia a esta torta salada.
Dejar enfriar y a comer.
Se puede sustituir el vino blanco por cereza y prescindimos de la levadura. También hay quien le pone una cucharada de bicarbonato a la harina para la base.