domingo, 16 de junio de 2024

COCA DE CASTELLÓN

 

                   

Mi receta publicada en Vida Mediterránea


Una peculiaridad de esta coca es que no lleva harina y lo hace muy especial para aquellos intolerantes al gluten o celiacos y tampoco lleva ningún tipo de lácteos.

En principio se la denominó coca de patatas, pues cuentan que un labrador de la zona de la Marjalería de Castelló fue el inventor de esta delicia, pues dispuesto a preparar una coca tradicional, se dio cuenta una vez iniciado el proceso, de que no tenía harina y sí patatas hervidas, por lo que provo de añadirla en sustitución de la harina y el resultado fue tan espectacular que dio el salto a la capital convirtiéndose en un dulce típico para ser consumido los domingos. Tras algunos años en el olvido, el Ayuntamiento y el gremio de pasteleros, resucitaron la ahora llamada coca de Castellón convirtiéndose en producto souvenir de la ciudad.

Lo sorprendente es que nadie notara al final que lleva patata y no harina, dada su jugosidad y sabor.

Vamos pues a cocinar este delicioso “bizcocho”. Las cantidades según gustos, pero hay que tener en cuenta las proporciones. Así que para,

3 o 4 patatas (500 gr de puré), necesitamos:

500 gr de azúcar

250 gr de almendra molida (repelada o no)

6 huevos L o XL

1 limón

En primer lugar pondremos las patatas con su piel a cocer en agua hasta que estén cocidas. Una vez hechas las patatas, las pelamos sin quemarnos troceamos y en un bol las machacamos con un tenedor sin pasarnos. No queremos un puré demasiado fino, mejor algo tosco pero sin grumos. Reservamos para que atempere, lo ideal es que estén a temperatura ambiente. Necesitamos la cantidad de 500 gr de puré.

Enchufamos el horno para precalentarlo a 180º.

Separamos las yemas de las claras de los huevos. Montamos a punto de nieve las claras, bien con máquina o con varillas. Es importante añadirle una puntita de sal pues nos ayudara mucho que suban.

Miramos que la temperatura de la patata esté correcta y le añadimos las yemas y mezclamos ayudándonos de una cuchara o mejor una lengua.

Vamos añadiendo poco a poco el azúcar, envolviendo siempre. Después igualmente haremos con la almendra y le rallaremos la piel del limón.

Por último añadiremos poco a poco las claras montadas, siempre haciendo movimientos envolventes para mezclar.

Tendremos un molde preparado al que habremos engrasado con aceite de girasol, mantequilla o margarina. El molde puede ser redondo, rectangular… al gusto, pero eso sí, adaptado al tamaño.

Llenamos el molde con la mezcla que hemos hecho y lo metemos al horno.

Dependiendo del horno, necesitará alrededor de media hora. Una señal inequívoca de que está en su punto es meterle un palillo en el centro, si sale limpio la coca ya está hecha.

Si veis que coje mucho color y aún no está terminado, taparlo con un papel de aluminio.

Desmoldar aún en caliente y dejar que enfríe. Sobre una rejilla al aire sería lo ideal.

A la hora de servir, podéis espolvorear con azúcar glass por encima. A gustos.