martes, 29 de diciembre de 2020

GUISADO DE CARACOLILLOS. CARAGOLINS.

 

Mi receta en Vida Mediterránea 

Los “caragolins”, “avellanencs”, caracolillos, estos caracoles pequeños, Theba Pisana, gasterópodos terrestres muy comunes en todo nuestro territorio donde puede llegar incluso a ser una temible plaga para la agricultura.

Pero gastronómicamente son una delicia si sabemos cocinarlos. En Andalucía son parte de su gastronomía como tapa típicas en muchos bares, donde se sirven simplemente hervidos (con su truquito), sirviéndose en un vaso con su caldo.

En Tarragona son protagonistas en el tradicional plato de “espinetes amb caragolins” muy parecido al nuestro tradicional de “pebreretes, espinetes, mullaor, tomacat…” que hacemos también con el sangacho y al que le añaden esos pequeños caracoles.

Por mi parte les cocino una receta sencilla, que se cocina en mi casa.

Necesitaremos:

Aceite de oliva

1 tomate maduro y una cebolla

Pimentón de hojilla

Hinojo silvestre

1 Kg de caracolillos

1 Picante

Sal

Procedemos:

Tenemos que limpiar bien con agua y sal los caracolillos. Los engañamos cubriéndolos hasta arriba de agua y poniendo la tapa de la cazuela al revés y un peso encima. Siento mucho el decirlo, pero los ahogamos, quedando así con la molla fuera.

Otra forma es ponerlos en la olla con agua y con muy poco fuego, el mínimo de mínimos esperar que vaya subiendo lentamente la temperatura del agua y cuando se vea que están con la molla fuera subir de repente el fuego para que no tengan tiempo para reaccionar.

Por último, como antiguamente se hacía, en la olla con agua, se mojaba el borde de la misma con sal, y se ponía al sol. Este calentaba poco a poco el agua y los iba atontando sacando la molla. Entonces ponían la olla al fuego fuerte.

Hervir, cambiando el agua al menos dos veces hasta que veamos que no sacan espuma, que por supuesto debemos ir retirando. Dejamos entonces que cuezan entre treinta y cuarenta y cinco minutos a fuego lento. Hay quien les añade ya un poco de sal e hinojo y se los come tal cual.

Los tenemos ya engañados y vamos a cocinarlos.


Pelamos y cortamos una cebolla en Brunoise (cortes pequeños).

Del mismo modo hacemos con el tomate que hemos pelado.

En una cazuela, cubrimos el fondo de aceite de oliva.

Añadimos la cebolla y cuando trasparente, el tomate rallado.

Removemos bien, ahora los caracolillos y una cucharada de pimentón de hojilla.

Removemos y cubrimos hasta la mitad con agua y añadimos las hojas de hinojo bien limpias y tiernas.

Dejaremos caer el picante.

Dejaremos cocer sobre treinta minutos a fuego bajo. Probamos de sal.

Un guiso que te invita a mojar pan y que seguro te entretendrá al comerlo.

martes, 8 de diciembre de 2020

LA CORRIOLA. COCENTAINA

 

Foto: Aureli Tormos
Foto: Aureli Tormo


Se celebra la fiesta de "La Corriola" en Cocentaina hoy día 8 de diciembre festividad de la Inmaculada Concepción.

El día de “La Purísima” es para los más pequeños un día especial, pues la peregrinación a la ermita vendrá acompañada de múltiples actividades infantiles organizadas para ellos.

Esta celebración cuyos principios están perdidos en los siglos, tiene la particularidad de que también entra en la tradición gastronómica.


 Foto Aureli Tormo
                                                                                                                   
Para la ocasión se elabora un “pan redondo en forma de roscón acompañado de una particular longaniza roja de sabor fino, que se fabrica expresamente para este día, y que se come el aire libre en el espectacular paraje de la ERMITA DE SANTA BARBARA, situada en una colina que domina el pueblo que data del siglo XIII y responde a la tipología de las llamadas ermitas de conquista.

Cada 8 de Diciembre, desde bien temprano, en este singular paraje empiezan las actividades lúdicas entre las que hay pasacalles, acompañados de “la dolçaina y el tabalet”, se ofrecen, licores autóctonos y mistela, para los más pequeños actividades infantiles y “cuentacuentos” que les narran historias y leyendas antiguas del lugar.

Po la tarde, se abre la Ermita y es cuando los niños podrán tirar de la cuerda que pasaba por “la corriola” (polea) haciendo voltear la campana. De ahí el nombre de este día tan señalado para los Contestanos. A los más mayores, su sonido les recuerda su niñez.

En la tarde noche, destacar que la tradición marca este día para que en los hogares del pueblo, la familia se reúna para instalar el Belén de Navidad.


Documentación: Javier Carbonell
Fotos: Aureli Tormos 





domingo, 6 de diciembre de 2020

CHAYOTE O SAYOTE EN SALMUERA

 


Se hace una salmuera con agua (no clorada), sal natural (sin yodo añadido) y vinagre.

La proporción que nunca falla es: En una jarra de cristal poner tres dedos de vinagre de vino blanco; rellenar de agua e ir añadiendo la sal poco a poco removiendo con una cuchara de madera (nunca utilizar metal, pues se oxidaría) hasta que no admita más, es decir, que veas que la sal ya no se diluye más.

Otra manera más exacta sería, por cada de diez vasos de agua, uno de vinagre y medio de sal marina.

Lavamos los chayotes y los cortamos en rodajas o en gajos. Si no tenemos prisas en consumirlos y queremos guardarlos largo tiempo, los pondremos enteros.   

Los introducimos en unos botes de cristal bien limpios y los cubrimos con la salmuera que hemos hecho.

Hacer una corona con ramitas de limonero y de algarrobo de la parte más vieja (si pones hoja tierna amargará). Las hojas del limonero le dará su aroma, las de algarrobo hará que no ablanden y las varitas sujetarán los chayotes para que no floten en el líquido y se pongan malos.

Tapar el bote y a esperar al menos un mes.

Esta salmuera puede durar perfectamente en un lugar oscuro sin destapar un año.

Nunca toquéis la salmuera con nada de metal. No metáis la cuchara para sacarlos. Las manos limpias, la mejor herramienta. Quitáis la corona, sacáis y la volvéis a meter.

Un truco de mi abuela. Si ponéis el tarro al sol, acelerará el proceso. El calor ayuda a fermentar.

Si aparece una especie de telilla por encima, indicará que la salmuera está perfecta. Cuando metáis la mano, la rompéis. No pasa nada. Importante mantener siempre bien cerrado el bote.   

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