RECORDS DE LA MEUA INFÀNCIA. PUBLICAT EN EL DIARI LES PROVÍNCIES
9 de Agosto 2014
Me acababa de levantar, no había dormido muy bien. En la saleta de la casita, con techo de encañizada encalada y las viejas tejas encima, servían de despensa a los ratones que allí se guarecían. Sus correrías empujando las cascaras de almendras hacían de orquesta improvisada que hacía difícil conciliar el sueño.
Mi tía
Pepa, llevaba en la mano una “barxa” de palma cerrada con pinzas de la ropa
repletas de caracoles. Buenos días, le dije, que vas a hacer? Voy a limpiarlos
y a engañarlos. Hoy comemos guisado de conejo con caracoles.
Recordé
la noche en la que tras caer cuatro gotas, cogimos el carburero y nos fuimos a
recogerlos por el camino y los márgenes de piedra de los bancales de alrededor.
Entonces no les echaban venenos ni herbicidas que hoy en día están acabando con
todos ellos.
Lavó
los caracoles con abundante sal, una y otra vez, repasándolos con agua, hasta
que dejaron de babear. Ya limpios los puso en una olla con agua, con sal en los bordes para que
no se salieran. La puso en la era, al sol. A media mañana, estaban todas con la
molla fuera adormecidas por el calor del sol y fue entonces cuando al ponerla
sobre los hierros al fuego fuerte, los engañó.
A
continuación se dispuso a guisar. Limpió y troceó el conejo, puso sobre los
hierros la olla de hierro y con aceite de oliva sofrió la carne y añadió
cebolla cortada y unos ajos con piel machacados. Preparó un plato de tomates
maduros rallados y los echó para que frieran bien. Peló los pimientos rojos que previamente
había asado sobre las brasas. Los desmigajó a tiras y los metió en la olla junto
con el azafrán tostado, unos tomates secos previamente hidratados en agua y los
caracoles hervidos con un poco de su caldo. A continuación un buen puñado de
hojas de hinojo tiernas encima del guiso. Medio tapó la cazuela y dejó que con
poco fuego fuese cocinándose. Cuando faltaban veinte minutos añadió las patatas
rotas y puso una guindilla entera y probó de sal. En 45 minutos estaba todo
listo. Sacó del fuego, dejó reposar y sirvió en cada plato de todo un poco.