jueves, 29 de marzo de 2018

LA ÚLTIMA CENA DE JESÚS CON SUS DISCÍPULOS



De la cena de Jueves Santo, a parte del pan y del vino poco se sabe que era lo que se comío. Pan y vino que según revelan las Escrituras, se transustanciaron en el cuerpo y sangre de Cristo, instituyéndose así la Eucaristía, sacramento fundamental de la Iglesia Católica. 

Pero sobre aquella mesa hubo aquel jueves más alimentos, todo según la tradición hebrea. 

Según diferentes fuentes, la reunión, que supuso el comienzo de la Pasión y Muerte de Cristo, se celebró, según los Evangelios sinópticos -los de Mateo, Marcos y Lucas-, al atardecer del «primer día de los ácimos», esto es, el primero de la semana en que debía comerse pan hecho sin levadura en la masa o ácimo. En el Pésaj o Pascua judía, que es la fiesta más importante de la tradición hebrea, este pueblo recuerda su salida y liberación de Egipto, y el pan que se emplea en ella es ácimo porque en la huida los israelitas no tuvieron tiempo de hacerlo con levadura. Por lo tanto no se celebró en jueves si no uno o dos días antes. 

Algunos creen que otro de los alimentos presentes fue el cordero pascual. De hecho, la Cena de Pascua de ese «primer día de los ácimos» consistía en comer este animal recién sacrificado de acuerdo con los ritos propios de esta festividad judía. Después de la Cena, Jesucristo, «Cordero de Dios», iba a ser igualmente inmolado para salvación de la humanidad entera. 

Pero en 2007, el Papa Benedicto XV anunció, con seguridad, que no se sirvió cordero en la última cena. La teoría del Papa es que la Última Cena tuvo lugar antes del sacrificio ritual de los corderos, que era una tradición de la Pascua común en la época de Jesús. 

Según algunos cuadros de la última cena, algunos pintores ponen delante de Jesús una fuente con hierba y otra con una salsa parduzca. Que debió de ser el Tzir, una variante de la salsa de pescado, el Garum romano. 

Catalina de Emmerich, monja agustina que a comienzos del siglo XIX experimentó una serie de visiones sobre la Pasión y Muerte de Jesús: Ella relató que vio «En medio de la mesa estaba la fuente con el cordero pascual. […] El borde de la fuente tenía ajos todo alrededor. A su lado había un plato con el asado de Pascua y al lado un plato de hierbas verdes, apretadas, puestas de pie como si estuvieran plantadas, y otro con manojitos de hierbas amargas que parecían hierbas aromáticas; luego, delante de Jesús, había una fuente con hierba verde amarillenta, y otra con una salsa parduzca. Los comensales usaban como platos unos panecillos redondos, y utilizaban cuchillos de hueso», confesó la religiosa al poeta Emmerich. Esta monja fue beatificada por Juan Pablo II en 2004, que también afirmó haber visto a Jesús mojando en la salsa un trozo de pan envuelto en lechuga. 

Sobre la mesa en la que se celebró la Última Cena también pudo haber sal, un importante conservante de alimentos en aquellos tiempos. Una creencia popular dice que el traidor Judas Iscariote derramó sal durante la Cena. 

La Biblia cuenta lo que ocurrió durante la cena, pero no especifica qué comieron Jesús y sus 12 discípulos. 

Comparando datos históricos y las pistas que proporcionan pinturas de las catacumbas del siglo III d. C., los investigadores y Arqueólogos, Urciuoli (arqueólogo del centro Petrie de Italia y autor del blog Archeoricette en comida antigua) y Berogno (Marta Berogno, arqueóloga y egiptóloga han logrado reconstruir los alimentos y los hábitos alimentarios de la Palestina de hace dos milenios. Basándose en sus estudios, los arqueólogos opinan que el menú de la última cena podría haber incluido algo más que pan ácimo y vino: un cocido de verduras llamado 'cholent', 'Jaroset' (un plato de sabor dulce) del que ya hablamos aquí, aceitunas con hisopo, hierbas amargas con pistachos y pasta de nuez. 

Hay que tener en cuenta que Jesús era judío". Él y sus discípulos observaban las tradiciones transmitidas por la Torá y sus prohibiciones respecto a los alimentos. 

Las hierbas amargas y el Jaroset son típicos de la Pascua, cholent se come durante las festividades, mientras el hisopo también se consumía a diario”, dijo Urciuoli. 

Aunque todas las pinturas ponen la celebración sentados en una mesa (símbolo del altar cristiano), estaban sentados en el suelo. 

Pero ¿No se comió pescado? Lo dejo en el aire. 

REUMIENDO: 

-- Pan ácimo y vino, está claro. 

-- Sal. 

-- Cordero, no está claro según algunas opiniones. 

-- Hierbas amargas y otras que no lo eran. 

-- Salsa que algunos dicen pudiera ser el Tzir, una variante de la salsa de pescado, el Garum romano y otros afirman que estaba hecha de pistachos y pasta de nuez. 

-- Un cocido de verduras o carne llamado 'cholent'. 

-- Jaroset (un plato de sabor dulce).

-- Aceitunas con hisopo. Arbusto o planta herbácea muy aromática que no debemos confundir con el utensilio litúrgico que utilizan los sacerdotes para bendecir. 


RECETA “CHOLENT ” 

Cholent de Carne. Foto Noblepig.

Para 6 a 10 personas. 

En una olla grande y honda, mejor de hierro. 

3 cucharadas de aceite 

1 cebolla 

2 cucharadas de azúcar 

1/2 a 1 kg de carne (picada o costilla) 

6-7 patatas 

1/2 taza de cebada 

2-3 cucharaditas de sal 

1/2 taza de alubias llamadas, porotos lima (manteca) 

1/2 cucharadita de pimienta 

1/2 taza de alubias normales 

Salsa de un pollo asado o carne para sabor adicional (opcional) 

Huesos de carne 

Agua 

Es un guiso que se cocina la noche antes de comerse. 

En una cacerola grande dorar el azúcar en aceite. Agregar inmediatamente 1 taza de agua. Pelar y cortar las patatas en cuadrados y agregar al agua. Lavar las alubias y la cebada y agregarlas a la cacerola. Agregar los ingredientes restantes. Agregar agua hasta cubrir la preparación. Llevar a hervor. Cocinar cubierto sobre a fuego muy bajo por 1-2 horas. 

Ya cocinado agregamos agua hasta cubrir el guiso, lo llevamos a hervir. 

Lo retiramos del fuego y lo dejamos cerrado cerca del fuego durante toda la noche para que se mantenga caliente y siga cocinándose muy muy lentamente. 

Variación: Sustituya la carne por 1 pollo o sin carne, sólo verduras. 

Obviamente, algunos ingredientes serían incorporados a la receta que conocemos hoy con posterioridad, puesto que no serían aún conocidos en aquellos tiempos. Las patatas por ejemplo, que  cultivándose ya 8000 años antes de Cristo en el sur del Perú y el altiplano Boliviano, no sería conocida hasta el descubrimiento de América varios siglos después e introducida en Europa y después al resto del mundo.