Versión de tortilla de patatas |
Todo un descubrimiento del restaurante Arrels Racó Gastronómic en Gata de Gorgos con Ferran Giró al frente junto a su mujer Vanessa y un gran equipo, tanto en cocina como en sala.
Equipo de Arrels |
Cocina de autor que aúna tradición y evolución. Platos bien elaborados con gusto en su sabor y presentación. Originalidad y creatividad junto a producto de proximidad.
A destacar, el poché de yema de huevo a baja temperatura sobre cama de foie con velo ibérico, soplado en llama aromatizando quemando romero, tierra de galletas, y crujiente de semillas de chía, salpicado con sal negra del Himalaya de origen volcánico. Se come mojando pan. El plato es elaborado directamente en mesa. Pura magia.
Poche |
Me llamo la atención su versión de tortilla de patatas, confitadas, cebolla caramelizada con vaina de vainilla, alcachofa confitada y braseada, una teja crujiente de remolacha y anchoa con la yema de huevo curado en soja. Todo un placer en boca.
Versión de tortilla de patatas |
La bomba de morcilla de Gata y arroz negro rebozada en almendra, le resaltaría un poco más su sabor. Imaginativo.
Bomba de butifarra |
El “socarraet” de arroz de sabor intenso, al que acompaña la gamba de Dénia. Todo un lujo.
Socarraet |
El Carpaccio de sepia salteada en ajitos tiernos y teriyaki y cama de champiñones, una de sus aportaciones a la carta.
Carpaccio de sepia |
A tener en cuenta su costilla de ternera a baja temperatura con "arrop i tallaetes" y patata revolcona con el jugo de ternera, que se deshacía en boca.
Costilla de ternera |
El “lagarto”, que algunos pueden pensar sea un reptil, es un corte del cerdo ibérico, un cordón, que se extrae entre las costillas y el lomo, de manera que resultan tiras medianas de una carne magra muy jugosa, al tener entreverada su grasa. Corte poco conocido y que Ferrán ha incorporado a su carta.
Lagarto ibérico |
Añade en su carta, platos asiáticos (el Tataki de atún excelente), mini hamburguesas, pizzas… que no aportan mucho más a su cocina, aunque tengo que destacar sus cocas de la Marina. Me quedo con la creatividad de Ferrán, la imaginación, el producto, la textura, los olores… tradición inspirada.
Tataki de atún |
¿Una pequeña objeción? Local con una iluminación demasiado intimista.
Carta de vinos completa y seleccionada, cuidando los caldos valencianos.
Me quedan muchos platos por probar. Todo un placer Ferran. Restaurante altamente recomendable.