domingo, 13 de mayo de 2018

ARRELS RACÓ GASTRÓNOMIC.


Versión de tortilla de patatas


Todo un descubrimiento del restaurante Arrels Racó Gastronómic en Gata de Gorgos con Ferran Giró al frente junto a su mujer Vanessa y un gran equipo, tanto en cocina como en sala. 


Equipo de Arrels


Cocina de autor que aúna tradición y evolución. Platos bien elaborados con gusto en su sabor y presentación. Originalidad y creatividad junto a producto de proximidad. 

A destacar, el poché de yema de huevo a baja temperatura sobre cama de foie con velo ibérico, soplado en llama aromatizando quemando romero, tierra de galletas, y crujiente de semillas de chía, salpicado con sal negra del Himalaya de origen volcánico. Se come mojando pan. El plato es elaborado directamente en mesa. Pura magia. 



Poche
Ver vídeo de la receta pinchando aquí y la terminación del plato aquí.

Me llamo la atención su versión de tortilla de patatas, confitadas, cebolla caramelizada con vaina de vainilla, alcachofa confitada y braseada, una teja crujiente de remolacha y anchoa con la yema de huevo curado en soja. Todo un placer en boca. 

Versión de tortilla de patatas

La bomba de morcilla de Gata y arroz negro rebozada en almendra, le resaltaría un poco más su sabor. Imaginativo. 

Bomba de butifarra

El “socarraet” de arroz de sabor intenso, al que acompaña la gamba de Dénia. Todo un lujo. 

Socarraet

El Carpaccio de sepia salteada en ajitos tiernos y teriyaki y cama de champiñones, una de sus aportaciones a la carta. 

Carpaccio de sepia

A tener en cuenta su costilla de ternera a baja temperatura con "arrop i tallaetes" y patata revolcona con el jugo de ternera, que se deshacía en boca. 

Costilla de ternera

El “lagarto”, que algunos pueden pensar sea un reptil, es un corte del cerdo ibérico, un cordón, que se extrae entre las costillas y el lomo, de manera que resultan tiras medianas de una carne magra muy jugosa, al tener entreverada su grasa. Corte poco conocido y que Ferrán ha incorporado a su carta. 

Lagarto ibérico

Añade en su carta, platos asiáticos (el Tataki de atún excelente), mini hamburguesas, pizzas… que no aportan mucho más a su cocina, aunque tengo que destacar sus cocas de la Marina. Me quedo con la creatividad de Ferrán, la imaginación, el producto, la textura, los olores… tradición inspirada. 

Tataki de atún

¿Una pequeña objeción? Local con una iluminación demasiado intimista. 

Carta de vinos completa y seleccionada, cuidando los caldos valencianos. 


Me quedan muchos platos por probar. Todo un placer Ferran. Restaurante altamente recomendable.