Mi receta publicada en el Blog Vida Mediterránea
Para quien no las conozca, se trata de unas cocas de maíz, redondas y planas que se hacen con una masa de harina escaldada. Después se bolean y se hacen a la plancha o sartén con unas gotas de aceite. Normalmente no se hacen al cien por cien con harina de maíz (aunque en la posguerra así se hiciera, pues la harina de trigo escaseaba) porque salen muy toscas. Hoy en día, lo normal es hacer proporciones entre 60 de maíz y 40 de trigo, aunque eso puede ir a gusto de cada uno.
Ingredientes para la masa:
1 litro de agua.
Sal.
Un cuarto de vaso de aceite.
1/2 Kg harina de maíz (o mezclar en proporciones al gusto con harina de trigo).
Extra harina de trigo para empolvorar la coca.
Vamos a hacerlas:
1.- En un cazo, el agua a hervir con un poco de sal y el aceite.
2.- Cuando hierva el agua, bajar el fuego y echar la harina de golpe y remover enérgicamente con una cuchara, a poder ser de madera hasta que veamos que queda una masa sin grumos.
3.- Sacamos y sin quemarnos, bolearemos la masa, untándonos las manos con aceite y espolvoreando el mármol para que no se nos pegue.
4.- Una vez hecha la masa. La dividiremos 25 bolitas iguales de 30 gr. cada una, que sería el tamaño normal. Si queremos podemos aumentar el tamaño haciéndolas un poco más grandes entre 35 o 40 gr. aunque saldrían menos cocas.
5.- Ahora el truco. Cogeremos dos plásticos transparentes que podremos hacer recortando una bolsa de plástico.
6.- Con el plástico abajo, ponemos la bolita y el otro plástico encima. A la manera tradicional, apretamos con un plato plano puesto encima, aplanamos y… tenemos la primera coca de maíz hecha. Y seguimos hasta tenerlas todas
Hay una máquina llamada “tortilladora” apostas para estos menesteres. Hay quien usará un aro del tamaño adecuado para cortar y que se queden los redondeles perfectamente hechos.
7.- Espolvoreamos las dos caras de la coca con harina y las vamos amontonando, separándolas con un papel vegetal, un poco mayor de diámetro que ellas. Ello nos servirá para separarlas después y manejarlas sin que se nos rompan. Se pueden guardar en recipiente hermético en la nevera (pronto uso), o congelarlas metiéndolas en una bolsa de plástico cerrada.
Para cocinarlas:
Calentar una paella o una plancha, cuando esté caliente, dos gotitas de aceite de oliva en el centro y rápido la coca encima. Fuego de moderado a alto, si las haces a fuego bajo se quedarán blandas. Un minuto y vuelta. Yo las volteo rápidamente para que el aceite entre en contacto con las dos caras. Cuando veas que cambian de color y empiezan a tostarse en parte, en ambos lados (puntitos marrones), estará buena para servir con el condumio que hayas elegido. Personalmente me chiflan con ensaladilla y una anchoa encima.
Si las descongelas, no dejes que lo hagan del todo. Se harán mejor.
1.- En un cazo, el agua a hervir con un poco de sal y el aceite.
2.- Cuando hierva el agua, bajar el fuego y echar la harina de golpe y remover enérgicamente con una cuchara, a poder ser de madera hasta que veamos que queda una masa sin grumos.
3.- Sacamos y sin quemarnos, bolearemos la masa, untándonos las manos con aceite y espolvoreando el mármol para que no se nos pegue.
4.- Una vez hecha la masa. La dividiremos 25 bolitas iguales de 30 gr. cada una, que sería el tamaño normal. Si queremos podemos aumentar el tamaño haciéndolas un poco más grandes entre 35 o 40 gr. aunque saldrían menos cocas.
5.- Ahora el truco. Cogeremos dos plásticos transparentes que podremos hacer recortando una bolsa de plástico.
6.- Con el plástico abajo, ponemos la bolita y el otro plástico encima. A la manera tradicional, apretamos con un plato plano puesto encima, aplanamos y… tenemos la primera coca de maíz hecha. Y seguimos hasta tenerlas todas
Hay una máquina llamada “tortilladora” apostas para estos menesteres. Hay quien usará un aro del tamaño adecuado para cortar y que se queden los redondeles perfectamente hechos.
7.- Espolvoreamos las dos caras de la coca con harina y las vamos amontonando, separándolas con un papel vegetal, un poco mayor de diámetro que ellas. Ello nos servirá para separarlas después y manejarlas sin que se nos rompan. Se pueden guardar en recipiente hermético en la nevera (pronto uso), o congelarlas metiéndolas en una bolsa de plástico cerrada.
Para cocinarlas:
Calentar una paella o una plancha, cuando esté caliente, dos gotitas de aceite de oliva en el centro y rápido la coca encima. Fuego de moderado a alto, si las haces a fuego bajo se quedarán blandas. Un minuto y vuelta. Yo las volteo rápidamente para que el aceite entre en contacto con las dos caras. Cuando veas que cambian de color y empiezan a tostarse en parte, en ambos lados (puntitos marrones), estará buena para servir con el condumio que hayas elegido. Personalmente me chiflan con ensaladilla y una anchoa encima.
Si las descongelas, no dejes que lo hagan del todo. Se harán mejor.
Para acompañar:
Hay muchas maneras de acompañarlas. El más común es poner encima salsa de tomate frito o mahonesa, atún, huevo duro picado y anchoa. Las hay con gambita con acelgas (gambeta amb bleda), “Torrat”, “Tomacat”… imaginación al poder.
Cuando le pongas el relleno encima, la pliegas sobre sí misma y aguantándola con las dos manos para que no se caiga nada… a la boca.
Y… si la prefieres en dulce, están buenísimas calentitas regadas con miel, azúcar, caramelo…