martes, 8 de junio de 2021

BREVAS CON FLOR DE ENDIVIA Y JAMÓN

 


Por San Juan” bacores, verdes o madures, pèro segures”.

La breva es el primer fruto de la primera de las dos cosechas que produce la higuera. Es el higo que en otoño no llegó a madurar, y lo hace con los primeros estallidos de calor. Botánicamente, se trata de una infrutescencia, ya que los frutos verdaderos se encuentran dentro de la breva.

La breva es conocida desde la remota antigüedad y ya formaba parte de las diversas culturas de la cuenca mediterránea desde los tiempos inmemoriales, siendo el fruto por excelencia. 

Desde el antiguo Egipto de los Faraones, concretamente en la pirámide de Gizeh (año 4.000- 5.000 a.C.) se han encontrado dibujos representativos de su recolección. En el libro del Éxodo forman parte de los frutos que los exploradores de Canaán presentaron a Moisés. En la cultura griega era considerada un manjar, el predilecto de Platón, de hecho, esta fruta es conocida como la "fruta de los filósofos". Fue el alimento recomendado por Galeno a los participantes de los Juegos Olímpicos. Las higueras se consagraban a Dionisio, el dios de la renovación, patrón de la agricultura y del teatro.  

En el hemisferio norte coinciden con la festividad de San Juan. Y en el hemisferio sur la maduración de sus frutos coincide con la llegada de la Navidad. 

Su árbol, la higuera es originaria del Mediterráneo y sus frutos han sido muy apreciados por las diferentes culturas que se han asentado en las orillas de este mar a lo largo de los años. Hoy en día, los principales países productores son: España, Italia, Grecia, Turquía, Israel, Francia, Estados Unidos y Brasil.

Dentro de la gastronomía valenciana, el higo aparece ya en las preparaciones medievales en el Llibre de Sent Soví (1324) y en el posterior Llibre de Coch (1520).  Los buñuelos de higos, los higos albardados, así como el pan de higos con almendras…  Secados al sol…

Os propongo pues, preparar un plato con ellas que seguro os encantara.

Para mi receta necesitaremos:

1 breva

1 endivia

Jamón finamente cortado. Como más bueno mejor.

Queso de untar

Pimienta

2 naranjas

Gelatina neutra en láminas.

Trufa (opcional)

Vamos a ello.

Primero que todo, vamos a sacarle el zumo a una naranja e hidratamos con él dos o tres láminas de gelatina. Pasado unos cinco minutos lo llevamos en un cazo a calentar hasta que veamos que se ha derretido. Removemos y casi cuando vaya a hervir apagamos el fuego, dejamos que enfríe un poquito y vertimos en un plato plano grande. Pretendemos hacer un velo de gelatina de alrededor de 2 o 3 mm de grosor.

La endivia. La vamos abriendo hoja a hoja y cuando la tengamos como una flor vamos introduciendo en su interior en sentido envolvente, enrollando de dentro hacia afuera, las lonchitas de jamón y cerrando. De manera que se quede rellena. Después la cortaremos en rodajas.

El queso de untar. En una taza colocamos dos cucharadas y añadimos pimienta negra molida. Mejor molerla en este instante. Removemos todo.

La otra naranja, la pelamos y la cortamos a rodajas finas.

La breva las abrimos en cuatro partes. Utilizaremos dos trozos.

¿Emplatamos?

Bien, cogemos un plato plano, y colocamos en el centro dos hojas de endivia, desechando la parte más dura y más blanca. Sobre ellas añadimos una rodaja de endivia rellena con jamón. Al lado una rodaja de naranja.

Con el velo de gelatina de zumo de naranja, cortaremos un trozo con la punta del cuchillo, y envolveremos en él una cucharada de queso que preparamos batiéndolo con pimienta molida. Lo colocamos al lado.

Rematamos con dos cuartos de higo y rallamos un poco de trufa blanca de temporada dejando caer dos láminas. El resultado final es la foto que os he puesto.

Puedes probar de añadir unas escamas de sal encima de las brevas y regar con unas gotitas de aceite de oliva.

Ya me contaréis.