sábado, 7 de agosto de 2021

ARROZ CALDOSO CON CONEJO, JUDIAS Y BERENJENAS

 


Un arroz de verano, cuando de la hortaliza se podía extraviar algunas berenjenas de la mata, pequeñas y sin apenas desarrollarse. Se escogían una a una, casi a hurtadillas para que el hortelano no se enterara, pues no era de su agrado. Casi la cocinera las robaba.

Después lo agradecía, pues es un arroz de verano muy sabroso. Arroces, que aun con el calor, se seguían cocinando casi todos los días en las masías y casitas de campo, pues el duro trabajo de la recogida de la “renda” hacia necesario que los hombres se alimentaran bien.

Hoy berenjenas minis si las buscas las encuentras. Aunque no sean de tu huerta, pero nos sirven. 

                              

Muchas veces, trabajaban de sol a sol y este arroz, se cocinaba al medio día, pero se guardaban al menos dos platos para que se lo comieran por la noche en el armario, tapados con otro plato puesto al revés.

Seguro que algunos no me creerán, pero este plato, por la noche frío, pero tibio por el calor del ambiente, no tiene nada que ver con el que se coma recién hecho. Es otro gusto, otra sensación, y más con las variedades de arroces que tenemos hoy en día, como el arroz Bomba de Tartana que no se pasa, la sensación… Debéis probarlo.

Para cuatro personas necesitaremos

½ medio conejo cortado (8 trocitos)

100 gr de judías largas de Careta tiernas

100 gr de judías planas tiernas

1 patata

8 berenjenas pequeñitas (minis)

300 gr de arroz Tartana

Aceite, sal, azafrán y agua

Cazuela al fuego, cubrimos el fondo con un buen aceite de oliva y ponemos a dorar la carne del conejo. No me gusta salar en este momento, ni antes de freírlo. Retiramos.

Ahora les damos una vueltecita a las mini berenjenas, a las que le hemos hecho dos cortes verticales y dejamos enteras con su pezón. Retiramos.

Ahora turno para las judías planas, cortadas en trocitos y después con las largas de careta que también hemos cortado de manera que nos quepan después en la cuchara que nos llevaremos a la boca. Sólo unas vueltas.

Cubrimos de agua, casi a media cazuela, añadimos la carne y dejamos a fuego lento que cueza.

Así se cocinaba antiguamente la verdura. Ahora si queréis, podéis cocer solo la carne y añadir la verdura casi al final de la cocción del arroz, en los últimos diez minutos.

Hemos puesto antes una papelina de azafrán encima de la tapa de la cazuela. Hora de aplastarlo e incorporarlo. En este caso he puesto 7 hebras por persona. También añadimos sal.

Dejamos que cueza sobre veinte o treinta minutos hasta que veamos que la carne está tierna.

Comprobamos el caldo que nos queda, pues debemos tener al menos tres veces más que de arroz. Yo calculo en total un litro para 300 gr de arroz. Si es necesario añadimos ahora agua.

Cuando empiece a hervir, añadimos el arroz. En este caso he usado arroz Tartana de la variedad Albufera, que me vuelve loco. Se agranda, absorbe y se mantiene.

También añadimos las berenjenas minis. Y la patata pelada y chascada en cuatro trozos, uno para cada plato. Probamos y rectificamos de sal si es necesario.

Importante el detalle. Dejad la cazuela abierta sin tapar, para que evapore parte del líquido. Queremos un arroz caldoso pero no nadar en él.

Veinticinco minutos y apagamos el fuego y ahora sí, tapamos la cazuela. Esperamos 5 minutos que repose y servimos repartiendo a partes iguales los ingredientes.

Una receta de arroz antiguo que no os dejará indiferentes. Guardaros algo para probarlo por la noche.