sábado, 14 de noviembre de 2020

CREMA DE RAVANELL

 



El ravanell, rabiza o jaramago silvestre (Diplotaxis Tenuifolia (L) (
pincha AQUÍ), es una planta de las consideradas mala hierba, pues se extiende por nuestros campos sin control.



Si no lo sabías, se utiliza en infusión por sus propiedades expectorantes, estando indicada en la afonía, faringitis, bronquitis crónica y asma. Precisamente por eso, se denomina vulgarmente hierba de los cantores. Las hojas de jaramago actúan como estimulantes de las funciones orgánicas y son antiescorbúticas, además de favorecer la diuresis y sirve como purificadoras de la sangre.

En gastronomía, sus semillas se emplean como sucedáneo de las de mostaza, pues son ricas en sinigrina y su parecido sabor con la rúcula, la hace una planta comestible como verdura, tanto cruda en ensaladas como en cremas o sopas. Tambien se parece por su gusto al wasabi.

Así pues, probé de cocinarla y me salió esta receta, de verdad deliciosa. Me sorprendió el resultado.

Necesité para cuatro personas:

3 patatas grandes.

Un buen manojo de “all porro”. Ajo puerro silvestre. Pinchar AQUÍ para leer.

400 gramos de hojas tiernas de ravanell, rabiza o jaramugo recogido en el campo.

Aceite de oliva, sal.

1 litro de caldo suave de verduras o de pollo.

Decoré el plato con flores silvestres de la misma planta y medio huevo duro cada uno.

Por la tanto, dos huevos duros.

Hay que tener mucho cuidado cuando recolectemos plantas silvestres, que no hayan sido tratados ni con los malditos herbicidas ni con fitosanitarios. Coger en un lugar de confianza.

Vamos a cocinar.

Haremos un caldo suave de verduras o con una carcasa de pollo. Debemos obtener alrededor de un litro. Yo lo hice sólo con verduras. Mucho puerro, 1 carlota, 1 nabo, una cebolla, tres dientes de ajo, unas hojas de perejil tierno, una pizca de sal, hervir media hora y colar.

Limpiamos los ajo puerros silvestre (all porro), los cortamos y los sofreímos en el aceite (tres cucharadas) que hemos puesto en una olla. A fuego muy muy bajo, pues no debemos quemarlo.

Limpiamos el ravanell, sacándole las hojas y desechando la parte central que puede estar dura. Utilizamos pues sólo las hojas.

En una olla a parte, calentamos un litro de agua y cuando esté hirviendo escaldamos las hojas de ravanell, sacándolas de inmediato. Esto evitará el sabor fuerte que en este tiempo tiene, al estar en época de floración. Retiramos pasamos por agua fría y reservamos.

En la olla donde estamos sofriendo los ajo puerros silvestres, añadimos un vaso de agua, un vaso de caldo que hemos hecho y las patatas peladas y chascadas. Deben quedar cubiertas, si no añadimos más caldo.

A los quince minutos, añadimos el resto del caldo y el ravanell que hemos escaldado.

Probamos y añadimos sal si es necesario.

Tenéis que controlar el líquido, pues pasados treinta minutos total, lo trituramos dentro de la olla con un brazo batidor y lo pasamos por un “chino” (colador). Deberá quedarnos una crema. Nada de exceso de líquidos.

Emplatamos y decoramos con una flor de ravanell (que están buenísimas) y medio huevo duro.

Podéis probar con un hilito de un buen aceite de oliva de la montaña Alicantina por encima.

Me sorprendió su agradable sabor de esta receta elaborada con hierbas recogidas del campo y unas patatas.

¿Comida de aprovechamiento? No, imaginación al poder.